De acuerdo con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, el impuesto nacional al carbono fue creado a través de la Ley 1819 de 2016, en respuesta a la necesidad de contar con elementos económicos que incentiven el cumplimiento de las metas de mitigación de gases de efecto invernadero que el país ha establecido ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
Lo interesante del impuesto sobre el carbono no es sólo contribuir a reducir el consumo de combustibles fósiles que generan emisiones de gases de efecto invernadero, lo que se puede conseguir reduciendo las emisiones en las empresas, utilizando energías limpias o cambiando la flota de vehículos por vehículos eléctricos, entre otras opciones, sino el mecanismo de no causar el impuesto sobre el carbono que también reguló el Gobierno y que consiste en que si una empresa consume combustibles fósiles, pero los compensa a través de créditos de carbono, no tendrá que asumir el impuesto", explica Álvaro Vallejo, director de nuestro programa.
En este contexto, aunque Colombia no estaba obligada a implantar un mecanismo como éste, al tomar la decisión e implantar un impuesto sobre el carbono, se convirtió en un punto de referencia para otros países en desarrollo; varios países latinoamericanos han estudiado el caso de Colombia para establecer mecanismos similares.
Una prueba del interés que genera el impuesto al carbono y el componente no tributario es que aproximadamente el 30% de los asistentes a los congresos de carbono que se realizan en el país son extranjeros y otro porcentaje corresponde a las instituciones internacionales que están afiliadas a ASOCARBONO, la asociación que reúne a los actores involucrados en el impuesto al carbono en Colombia.
Cuando se creó el impuesto al carbono, surgió la necesidad de establecer una empresa que certificara que determinada entidad o persona natural había contribuido efectivamente a la mitigación del cambio climático y cumplido con las reglas establecidas en el marco normativo para obtener bonos de carbono. Inicialmente, la única opción era certificarlo con empresas internacionales, aunque no estuvieran alineadas con el contexto nacional colombiano.
"Fue en ese momento cuando surgió la oportunidad de crear una certificadora de proyectos de mitigación del cambio climático y nació Cercarbono , una empresa que certifica estos proyectos en el contexto nacional de no causar el impuesto al carbono y en el contexto internacional del mercado voluntario de carbono, Esta empresa puede ser utilizada por todo tipo de entidades o particulares que tengan un proyecto que cumpla con las características exigidas por la normativa nacional o que busquen generar créditos de carbono para utilizarlos en el extranjero", continúa Vallejo, quien añade que "muchos de nuestros clientes venden sus créditos en el extranjero porque obtienen un mejor precio".
En línea con lo anterior, Cercarbono, al ser una norma con un programa voluntario de certificación de carbono que facilita y garantiza el registro de programas o proyectos de mitigación del cambio climático, la certificación de emisiones y el registro de los créditos generados por estas iniciativas, proporciona a sus clientes diferentes beneficios.
Para empezar, gracias a su reputación internacional, pueden acceder a mercados extranjeros que les permiten vender sus créditos de carbono en otras partes del mundo. Además, pueden obtener respuestas rápidas a sus necesidades, independientemente del sector al que pertenezcan.
"Tenemos capacidad para prestar nuestros servicios a todos los sectores, porque todas las actividades humanas generan emisiones de gases de efecto invernadero de una u otra forma. En este sentido, atendemos proyectos relacionados con el uso del suelo, como la conservación de bosques naturales, reforestación o restauración y cultivos agrícolas; también, proyectos en los sectores de residuos, energía y transporte, entre otros", explica Vallejo.
El primer paso para obtener la certificación de Cercarbono es registrarse como cliente en una plataforma independiente. El siguiente paso es la presentación del proyecto, que se somete a consulta pública para recibir comentarios, preguntas o sugerencias, y por último, la validación y verificación.
En palabras del director del programa Cercarbono , la validación consiste en comprobar que el proyecto está bien diseñado y la verificación es la comprobación de la mitigación realmente conseguida por el proyecto a lo largo de un periodo de tiempo. "Losprocesos de validación y verificación los llevan a cabo agencias independientes y, una vez que han emitido su concepto, nosotros lo revisamos y hacemos la certificación. No certificamos un proyecto, certificamos los resultados de ese proyecto en un periodo determinado. Porejemplo, que un proyecto de reforestación obtuvo 100.000 toneladas de eliminación de gases de efecto invernadero durante 2022", concluye.
Este artículo fue escrito para el periódico El Tiempo, léalo en español aquí